Ayer por la tarde me la pasé en un debate sobre Blogs Corporativos promovido por la Fundació Barcelona Digital y me permitió darme cuenta de cosas interesantes. Por ejemplo, que la filosofía de los blogs es completamente opuesta al espíritu de mi empresa (bien, es un decir, me refería a la empresa para la que trabajo, que no es para nada mía). El principio fundacional de los blogs es la conversación, el intercambio de ideas. Yo digo y, quizás, vosotros comentais; vosotros decís y yo leo y, si me parece interesante, o chocante, o impresentable, pues comento, o puntualizo, o me quejo; acciones todas ellas que se oponen frontalmente al secretismo y a la rigidez con los que muchos empresarios llevan sus negocios, sobre todo en el mundo de las PYME donde ahora me muevo.
El blog corporativo no puede ser un trabajo del Departamento de Comunicación, una edición en tono simpático de la web de la empresa, y a muchos empresarios les da miedo la libertad de opinión de sus trabajadores (¿será que no confían mucho en que el trato que les dan genere simpatías?). Esas son cosas que se dijeron ayer, como se comenta hoy en muchas páginas de la blogosfera. Las puedes seguir visitando las bitácoras de los ponentes (Enrique Dans, Fabián Gradolph, Claudio Bravo y Hugo Prado) que citan a quienes les citan que son, me imagino por los detalles que dan, algunos de los que tenía sentados alrededor. Y, claro, no puedo por menos que preguntarme si, al final, este no es un sistema terriblemente endogámico en el que grupos relativamente homogéneos se leen entre ellos y repiten, lanzándose posts y respuestas de uno a otro (u otra, aunque se ven pocas, dicho sea de paso), las mismas ideas. O quizás no, si como dijo ayer Enrique Dans, puedes llegar a conocer bien a uno de tus interlocutores habituales, aunque tus encuentros físicos sean más que escasos.
Me pregunto qué hubiera dicho el bueno de Bajtin en estos nuestros tiempos, él para quien cada discurso (él hablaba de libros) era un eslabón de la larga cadena de diálogos que iniciamos en lo profundo de la historia. A saber.