Comparteixo amb tots vosaltres la bonica Nadala que hem fet al Parc Científic de Barcelona per desitjar el millor Any Nou a tots els nostres amics. Bones Festes!!!!

Amb els meus millors desitjos…

Bones festes i feliç 2015

Navidad

Navidad, Navidad, dulce Navidad… Qué día tan extraño este en que se come, se bebe, se reúne uno (una) con la familia más por obligación que por devoción, aunque estoy segura de que, se admita o no, les resulta mucho más duro pasar la jornada a aquellos que no tienen ni una familia, ni obligaciones, a aquellos a quienes nadie apremia para que coman un canelón más, una gambita más, un trozo más de turrón, un roscón de vino…

Sí, es cierto, allí están aquel tío tan pesado que cada año nos cuenta los mismos chistes y aquella prima engreída que sólo abre la boca para pasarnos por las narices su cocina nueva, su coche nuevo, el abrigo que le ha regalado ese marido al que acaban de ascender (de seguir así, pronto va a salirse por la azotea del despacho, piensas). Pero también están tus hijos y tus sobrinos, que se retan a ver a quien le caben más patatas fritas en la boca, y más que comer juegan con el entremés, mientras sus hermanas se enseñan la colección de pinzas para el pelo, o el top que les ha echado Papa Noel.

Los niños se ríen mucho en estas fiestas. Porque nos toman el pelo y nos imponen la dictadura de sus deseos incluso cuando las notas han sido mediocres o su comportamiento discutible. Uno puede quedarse sin recompensa de fin de curso, pero cómo podríamos dejarles sin sus regalos de Santa o de los Reyes Magos. Ellos aprenden rápido que no deben sentirse amedrentados por alguien que les amenaza con mandarles a la cama sin cenar, si se portan mal, cuando el día antes les hemos amenazado con dejarles sin TV si no se terminan la cena. Además, nuestro hijos están sobrealimentados y sobrerregalados, o dicho de otro modo ni temen al hambre de la cena perdida, ni les inquieta un juguete menos (a estas alturas, lo difícil es que algún abuelo o tío no repita juguete y que los coches, motos, muñecas, juegos didácticos varios, etc. lleguen a abandonarse por exceso de uso más que por mero aburrimiento). Pero aun así, a los pequeñajos les encanta romper papeles de colores, e incluso más ver su nombre escrito sobre un montón de cajas, aunque luego su contenido sea trivial, convencional o baladí.

Yo soy como esos niños. Por eso estoy tan contenta con la tortuga de bisutería y el paté de setas que me han tocado hoy en suerte. Me han sabido a gloria el cava y las neules (barquillos), y aún más la cara de felicidad de mi sobrina de tres años con su bolsita de estrellas y peces que brillan cuando los agitas. Me ha costado mi tiempo aprender a ser feliz con esas cosas tan simples, y por eso quiero compartirlo con todos vosotros. ¡Feliz Navidad!

¡Cambia el cuento!

Hace un montón de días que quiero hablaros de este vídeo, que me parece de las cosas más divertidas que hemos hecho en Intermón Oxfam en mucho tiempo. La propuesta es sencilla, se trata de hacer Algo más que un regalo, es decir, invertir en forma de colaboración para una buena causa lo que te gastarías en algo mucho más superfluo haciendo cómplice de tu donativo al receptor del regalo. Para mí es una muy bunea opción en estas épocas de consumismo delirante, porque demostrarle a la gente que la queremos no tiene por que ser una excusa para comprar objetos inútiles, a mayor gloria de la sociedad de lo banal.

Desde luego, si tu pareja está en crisis, ni se te ocurra sustituir el colgante de planta o ese reloj que tanto le gusta por una vaca (a no ser que además de hacer un donativo útil quieras provocar la ruptura definitiva), pero un par de gallinas, o una cabra, o tres cerditos, siempre serán mejores que la botella de vino para esa tía que no bebe, la quincuagésima bufanda para el abuelo y una forma de hacer, por fin, un regalo de empresa original y divertido.

Bones Festes! / ¡Felices Fiestas!

Cada persona que estimem és una llumeta al nostre cor.

Y cada una de esas luces de nuestro corazón ilumina el camino por el que avanzamos hacia el mañana.